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Camécuaro

Camécuaro

El lago de Camécuaro es uno de los atractivos con mayor auge en el estado en los últimos años, aunque es preciso mencionar que desde la época purépecha era uno de los mejores lugares de la zona, con un nombre tan llamativo como su significado, “lugar de la amargura oculta”; esto no alude a la característica física del agua, si no evoca a la leyenda de la princesa Huanita, joven enamorada del Tangánxhuan, sobrino y uno de los herederos de Tariácuri, que habiendo sido secuestrada por el sacerdote Candó, y mantenida oculta en el adoratorio de Cutzé (una yacata postrada, según se cree, en lo que ahora se conoce como el Cerrito de la Cruz, que desde 2004 forma parte del polígono territorial del parque.), lloró tanto su desgracia y ausencia de su
amado que formo un manantial con su amargo llanto. Cuenta la leyenda que por esta razón, solo hombres se ahogan en el lago, ya que Huanita los retiene debajo del agua pensando que su amado que ha vuelto por ella.

Declarado como Área Natural protegida en 1940, y un año después, por medio del decreto del presidente Lazaro Cardenas del Río, nombrado Parque Nacional.

Cuenta con una extensión de 12 hectáreas, y una superficie de lago cercana a las 3 hectáreas y media (1400 metros de largo por 100 de ancho) con una profundidad de hasta los 6 metros y sus cerca de 1,031 yacimientos que dan origen al mismo. Los cerca de 500 ahuehuetes que dan forma a la ribera del lago, representan un tesoro vegetal y paisajístico por sí mismos; su belleza, su longevidad, su nombre náhuatl (“árbol viejo del agua”), hace alusión a su principal característica, la capacidad de perdurar por varios siglos.